¡Arriba la exclamación!
Miren bien, no al título que aparece más abajo, sino justo encima, donde describen cómo fue la apertura del Ikea de Valladolid. Según la noticia parte del público respondió con un grito que popularizó la película «300»: ¡Auh! Solo que esta vez el público era anglohablante, y por eso solo gritó con la exclamación de cierre, sin la de apertura.
Si una ventaja tiene el español sobre el ‘insulsérrimo’ inglés es el signo de apertura en exclamaciones e interrogaciones. Nos permite saber desde el mismo arranque de la frase qué tono tiene. Por eso, comerse el signo inicial, además de incorrecto, es una solemne estupidez.