Croissant con conclusiones
-Los reporteros de toda la vida siguen ejerciendo una capacidad de fascinación asombrosa en los jóvenes aspirantes. Ramón Lobo se hinchó a hacerse fotos tras la cena.
-Madrugar y el periodismo siguen siendo tan incompatibles como siempre.
-Quienes hablan de rebelarse, de hacer otro periodismo, de derribar las estructuras de los medios tradicionales, lo hacen la mayor parte de las veces mientras trabajan gratis en un sitio y se ganan la vida en otro, este tradicional. Paradojas de la vida.
-Los congresos siempre tienen un punto de irrealidad, de “así debería ser el periodismo”. Se obvia que los grandes grupos mediáticos son cada vez más empresas, y que muchos de ellos dependen en gran parte de la publicidad y el apoyo institucional. Y que la ideología que adopta cada medio es crucial para su cuenta de resultados.
-La precariedad del empleo en la profesión apenas ha rozado la sala. La exigencia del buen periodismo, en cambio, ha copado cada charla y cada debate.
