Un premio para compartir
Recoger un premio Cossío es algo complicado de describir. Tengo muy presente quién fue Cossío, sus escritos reposan en la Hemeroteca del periódico, a escasos quince metros de mi puesto de trabajo. Con dotación económica o sin ella, es el premio periodístico más relevante de Castilla y León y el acto de entrega tiene algo de abrumador. Samuel y Rocío se pusieron en contacto conmigo muchos días antes para grabar un vídeo que después se emitiría durante la gala. Hicieron un trabajazo soberbio que me permitió resumir qué había significado la serie de reportajes que resultó premiada, sobre los «espacios del miedo».
Después llegó el turno de los discursos. El momento de agradecer el premio. Por supuesto a la familia, pero también a los compañeros, a la jefa de Local y a todas las mujeres que contribuyeron a construir este reportaje. Además, había que dejar claro que hay cosas que no se discuten, como la violencia contra las mujeres, por más que las corrientes políticas y sus vaivenes sitúen en el centro del debate cuestiones que deberían estar fuera de cualquier duda.
El discurso que llevaba escrito (y que no difiere mucho del que pronuncié), es este:
Este es un premio para compartir.
Porque uno aspira a ser cada día un poco mejor padre, mejor esposo, mejor hijo, mejor hermano, mejor tío,mejor yerno y, especialmente, mejor nieto. Y cuando recibe un premio así sabe que sale de todas esas horas que no les ha dedicado a los demás. Así que en primer lugar, gracias por estar ahí cuanto todo esto sonaba tan diferente.
Es un premio para compartirlo con los otros galardonados. Enhorabuena, compañeros. Y permitidme el inciso: Lostau, compañero de guardias en algún que otro evento, enhorabuena.
Es un premio para compartirlo con los compañeros. Con esos periodistas de Local magníficos con los que aprendo cada día. Comandados por una jefa que es mucho más que una jefa. Una amiga. Con el resto de redactores, fotógrafos, maquetadores… Con esos compañeros de la web que son en buena parte responsables de este premio, por su ayuda constante. Y con esos jefes como Carmen, como Ángel, que decidieron apostar por este tema.
Precisamente por este tema y en este momento.
Porque ahora que algunos quieren amedrentar con palabras como «género» aliñadas con datos falsos,conviene pensar que algo no está bien cuando las mujeres pasan miedo al ir por la calle solo por el hecho de ser mujeres. Porque eso es lo que nos contaron. Y eso es lo que escuchó el Ayuntamiento de Valladolid cuando cogió sus testimonios y los trasladó al Plan General de Ordenación Urbana.
Conviene recordar que hace menos de un mes que empezamos el año y ya han muerto cuatro mujeres asesinadas por hombres. Que el año pasado fueron 93.
Conviene recordar que hay tipos que creen que violar a una chica en grupo es un modo de divertirse en una noche de fiesta.
Conviene recordar que hay un Código Penal que distingue con una variedad de matices que escapan al sentido común lo que es una agresión sexual de unos abusos o de una violación, o que esta puede agravarse si, por ejemplo, se aprecia «carácter degradante o vejatorio». Que parece ser que no es siempre.
Conviene recordar que en los institutos alertan del control ejercido por los jóvenes hacia sus parejas a través del móvil, exigiendo saber las contraseñas y con quién se whatsapean. Que vuelven los celos enfermizos.
Conviene recordar que en este país no hace tanto que una mujer no podía abrir una cuenta bancaria sin permiso de su marido. Y aunque los avances han sido muy grandes en un periodo de tiempo que, visto con la perspectiva de la historia, es muy corto, aún queda mucho por hacer.
Por eso quiero compartir este premioc on todas aquellas que enviaron sus testimonios para realizar estos reportajes. Porque hemos dado un paso, pero hay que seguir caminando.
Muchas gracias.